Vivir en una nave espacial también es posible en la tierra. Desde hace cuatro años, la Asociación Española Contra el Cáncer tiene una residencia espacial que sirve como alojamiento para niños y niñas con cáncer y en tratamiento oncológico en Málaga. La residencia la Nave Espacial de Málaga, que nació tras el deseo de un paciente infantil de que “la casa no fuese tan aburrida”, tiene como objetivo proporcionar un segundo hogar a aquellos pacientes pediátricos que no pueden recibir el tratamiento en su localidad de origen y crear conciencia sobre el cáncer infantil. 

En 2022, se diagnosticaron 951 casos nuevos de cáncer infantil entre 0 y 14 años, 508 en niños y 444 en niñas. El cáncer más diagnosticado fue la Leucemia, con 292 casos en total, seguido del Linfoma de Hodgkin. Las provincias con mayor número de diagnósticos fueron Madrid, donde 141 niños de entre 0 y 14 años reciben un diagnóstico de cáncer cada año, y Barcelona, con 118 casos al año.

Servicio de residencias y pisos de acogida para pacientes oncológicos de la Asociación Española Contra el Cáncer

Residencia la Nave Espacial de Málaga para niños con Cáncer

En el momento en el que a un niño le diagnostican cáncer sufre pequeñas pérdidas que cambian su vida; muchas veces tienen que abandonar su casa, alejarse de sus amigos y modificar por completo sus rutinas para recibir tratamiento.

Para mitigar y paliar las necesidades clínicas, no clínicas y emocionales de los pacientes, así como las desigualdades en el acceso al tratamiento, la Asociación Española contra el Cáncer pone a disposición 40 pisos y 3 residencias de cáncer infantil para que los pacientes pediátricos y sus familiares puedan alojarse de forma gratuita.

Estos alojamientos para niños con cáncer están situados en las principales ciudades españolas, especialmente en aquellas que cuentan con hospitales que incluyen, entre sus servicios, oncología pediátrica, oncología médica y oncología radioterápica.

Con tres dormitorios, dos baños, salón y cocina, la residencia Nave Espacial de Málaga da servicio de alojamiento, manutención y atención psicológica, además de ofrecer actividades de ocio, acompañamiento y servicios de traducción, en caso de ser necesario. Además, los trabajadores sociales de la sede Málaga también prestan su servicio en las instalaciones de la residencia. 

“Hacemos un abordaje de apoyo social, psicooncólogo y médico e intentamos innovar en todo aquello que pueda ser beneficioso para un paciente y mejorar su día a día”, asegura Coral García Peláez, psicooncóloga infantil de la Asociación Española Contra el Cáncer. 

A cada niño que vive en esta residencia de cáncer infantil se le entrega un kit de bienvenida de astronauta de la estación espacial interestelar. Además, se le enseña un vídeo para contarle su nueva misión y las instrucciones que ha de seguir para completarla; la de los familiares, médicos y enfermeros. 

Aunque el piso es de uso compartido, tras la Covid-19 y al ser inmunodeprimidos, los pacientes ya no comparten alojamiento. En 2022, esta residencia para niños con cáncer acogió a 4 menores y a sus acompañantes, alcanzando una ocupación total de 335 días. Desde su inauguración en 2019, la Nave Espacial de Málaga ha acogido a 16 niños y niñas en tratamiento oncológico.

Solo a través de este tipo de iniciativas, de la investigación oncológica, la prevención y los programas de detección precoz será posible cumplir con el objetivo de la Asociación Española Contra el Cáncer de aumentar la supervivencia media de las personas con esta enfermedad al 70% para el año 2030.

Otras acciones destinadas a ayudar a niños con cáncer y sus familias

Además de los pisos y las residencias de cáncer infantil a disposición de los pacientes pediátricos, la Asociación Española Contra el Cáncer organiza anualmente campamentos lúdicos y terapéuticos para niños y jóvenes con cáncer de entre 7 y 17 años y para hijos o hermanos de pacientes diagnosticados con cáncer. 

Gracias a estas estancias pueden conocer y establecer relaciones con otros niños y jóvenes en una situación similar y participar en talleres psicoemocionales, que les permiten expresar y compartir su propia experiencia. 

Uno de estos campamentos es las Colonias de verano del Val d’Aran, que el verano pasado, en su 22ª edición, juntó a un total de 88 niños, niñas y jóvenes con cáncer de distintos lugares del país que, atendidos siempre por un equipo técnico psico-sanitario, pudieron disfrutar de unas vacaciones repletas de actividades deportivas y de ocio.