Fumar o no fumar es una decisión individual, pero las consecuencias de nuestra decisión son colectivas. La ciencia ha permitido avanzar a lo largo de los años en el conocimiento de que el tabaco no solo afecta a la persona que fuma, sino también a las personas que están a su alrededor: los llamados fumadores pasivos. Según la última Encuesta Nacional de Salud 2020, realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el 22% de la población mayor de 15 años fuma e impone las consecuencias de su adicción al 78% restante. Una realidad que afecta de manera perjudicial, especialmente a los menores; ya que hay que recordar la exposición al humo del tabaco provoca más riesgo de desarrollar un cáncer y enfermedades cardiacas en la edad adulta.

Desde la Asociación Española Contra el Cáncer defendemos la necesidad de modificar la actual regulación para ampliar la Ley Antitabaco y que no se permita fumar en espacios públicos donde haya menores, como entornos escolares, playas o parques, para así lograr una generación libre de humo en España. Y es que todos debemos tener las mismas posibilidades para prevenir el cáncer, vivir con él y acceder a los resultados de su investigación.

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La prevención del tabaquismo, una lucha de todos

El tabaco mata a más de 50.000 personas en España y es el causante de un tercio de todos los casos de cáncer. Hasta 16 tipos distintos: cáncer de laringe, orofaringe, vejiga, páncreas, boca, esófago, hígado y vías biliares y estómago, entre otros. Además de enfermedades cardiovasculares y enfermedades respiratorias.

Además, el tabaco afecta de manera perjudicial no solo a los fumadores activos, sino también a aquellos que se ven expuestos al humo del tabaco en el ambiente (en el mundo 1 de cada 8 personas que muere a causa del tabaco no ha fumado nunca).

Saber más: ¿Qué es el humo ambiental?

Los menores, los más vulnerables al tabaco

Los más vulnerables en la exposición al humo del tabaco son los menores. En el caso de los niños, estos son especialmente vulnerables a los efectos del tabaco. Según la Organización Mundial de la Salud, unos 700 millones de niños del mundo, casi la mitad, respiran aire contaminado por humo de tabaco. Y alrededor de 250 millones de los niños del mundo morirán por causa del tabaco; ya que la exposición al humo del tabaco, provoca más riesgo de desarrollar un cáncer y enfermedades cardiacas y respiratorias en la edad adulta.

Un dato: En casi el 100% de los espacios públicos donde hay menores hay restos de humo ambiental del tabaco:

  • 95,1% de las terrazas
  • 78,2% de las entradas de los locales de hostelería
  • 46% de los accesos a los centros escolares
  • 41% de los parques infantiles

Por último, cabe señalar que la adquisición del hábito de fumar diariamente comienza a los 14,7 años de media; y destaca el aumento del consumo de nuevos productos del tabaco en la adolescencia, como los cigarrillos electrónicos.

Saber más: Riesgos asociados al tabaco

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Espacios sin humo del tabaco y nuevas medidas por las consecuencias tabaquismo

La sociedad parece cada vez más concienciada sobre cómo la lucha contra el tabaco ha de ser una lucha de todos. Así lo muestran los datos recogidos por la Asociación Española Contra el Cáncer en su informe Espacios sin humo en España: ¿Dónde estamos? ¿Dónde queremos estar, en el que se analiza la situación legislativa actual y la aceptación social ante nuevas propuestas, como la prohibición de fumar en espacios especialmente conflictivos por la presencia de niños.

Así, dos tercios de la población encuestada está a favor de la ampliación de espacios sin humo. La valoración es más favorable en los espacios cerrados que no contempla la ley actual: coches y terrazas cerradas de bares/restaurantes, así como estadios deportivos y espacios próximos a centros sanitarios y educativos.  

Hay que recordar que actualmente sigue estando permitido fumar en espacios cerrados privados, como el hogar y el coche, o en espacios abiertos, como parques o playas. Incluso en lugares donde en ocasiones está prohibido, como las puertas de los hospitales, a veces no se cumple la normativa.

Es por ello que, en esta lucha contra el tabaco es necesario adaptarse a los nuevos tiempos, avanzar en investigación y aplicar los resultados a la creación de nuevas medidas. El objetivo final debe ser proteger a las personas más vulnerables de nuestra sociedad, como los enfermos crónicos o los niños.