Actualmente, más del 50 por ciento de pacientes oncológicos son tratados al menos una vez con radioterapia durante el curso de la enfermedad. Sus usos son diversos, ya que puede utilizarse como terapia exclusiva o bien asociada a otras modalidades como la cirugía, quimioterapia o inmunoterapia. Incluso, tiene su función como tratamiento paliativo para aliviar dolor y/o otros síntomas. Aunque esta cifra podría ser mayor, ya que el 25-30 por ciento de los casos indicados para radioterapia no reciben el tratamiento por diferentes motivos, como la falta de recursos hospitalarios o la dificultad de acceso de los pacientes.

Precisamente por eso, es importante que el paciente tenga más información sobre las claves de la radioterapia para poder tomar una decisión formada. La mayoría de los pacientes reciben radioterapia producida por unidades de irradiación denominadas aceleradores lineales. En algunos casos la radioterapia se administra mediante técnicas especiales y de alta sofisticación como son la braquiterapia o la protonterapia.

En braquiterapia las fuentes radioactivas se colocan en el interior del tumor con lo que los tejidos normales que se encuentran alrededor del tumor reciben dosis de irradiación más limitadas. Esto es especialmente importante en cáncer de mama, próstata y ginecológico.

En protonterapia, el haz de irradiación presenta la capacidad de frenarse a una profundidad determinada por lo que se disminuye la irradiación innecesaria de órganos sanos. La protonterapia está especialmente indicada en tumores pediátricos y tumores localizados alrededor de estructuras ultrasensibles, como los tumores de sistema nervioso central y base de cráneo.

Equipo de investigadores liderado por liderado por los Dres. Rafael Martínez-Monge y Fernando Lecanda, de la Clínica Universidad de Navarra y el Cima Universidad de Navarra

Necesidad de una mayor investigación de la radioterapia

De esta forma es obvio que la radioterapia tiene una función muy importante y que por eso mismo es necesario seguir investigando para mejorar este tratamiento. Sin embargo, la investigación en esta temática es escasa en nuestro país, algo que intentan cambiar los proyectos de investigación apoyados por la Asociación Española Contra el Cáncer.

Uno de los últimos hitos a este respecto es la investigación del Dr. Manuel Valiente, investigador del CNIO. Su equipo ha encontrado un fármaco capaz de revertir la resistencia a la radioterapia en modelos animales de metástasis cerebral. Además, han descubierto cómo identificar mediante un simple análisis de sangre qué pacientes podrían beneficiarse de la radioterapia, ayudando a seleccionar el tratamiento más adecuado para cada paciente. Actualmente se está diseñando un ensayo clínico que evalúe esta investigación en pacientes.

En esta línea, se encuentra el proyecto estratégico apoyado por la Asociación desde 2021 y liderado por los Dres. Rafael Martínez-Monge y Fernando Lecanda, de la Clínica Universidad de Navarra y el Cima Universidad de Navarra, para evaluar la combinación de radioterapia con nuevos fármacos para el tratamiento del cáncer de mama.

Así, el trabajo parte del hecho de que la reaparición del tumor tras el tratamiento con quimioterapia y/o radioterapia, en la misma zona donde se originó inicialmente, es un problema clínico frecuente en algunos subtipos de cáncer de mama (el triple negativo y HER2+) y se asocia con un mal pronóstico. Gracias a este proyecto, los investigadores han confirmado que un nuevo fármaco, aún en estudio, en combinación con radioterapia disminuye las recaídas en modelos animales de cáncer de mama y ahora pretenden confirmar su uso en un ensayo clínico.

Dr. Imanol Arozarena Martinicorena, investigador principal de la Unidad de Señalización en Cáncer en Navarrabiomed-Idisna

Nuevos proyectos en marcha sobre radioterapia

Otro de los proyectos de investigación centrados en radioterapia está dirigido por la Dra. Ana Vega, investigadora en la Fundación Pública Galega de Medicina Xenómica y del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela. El objetivo de esta investigación es comprender por qué cada paciente presenta distinta tolerancia a los tratamientos de radioterapia, con el fin último de adecuar la dosis de tratamiento recibida, así como prevenir o mitigar los efectos adversos que puedan producirse.

En los últimos años se ha visto que estas diferencias pueden deberse, al menos en parte, a factores genéticos. En concreto, la Dra. Vega y su equipo han identificado que ciertos cambios en una región del ADN parecen estar asociados con la toxicidad tardía en pacientes con cáncer de próstata. Gracias al apoyo de la Asociación, los investigadores pretenden confirmar esta hipótesis y comprobar si ocurre lo mismo en otros tumores como mama o pulmón. Este proyecto abriría el camino a una radioterapia personalizada.

También cabe mencionar el nuevo proyecto del Dr. Imanol Arozarena Martinicorena, investigador principal de la Unidad de Señalización en Cáncer en Navarrabiomed-Idisna, que se va a centrar en la prevención de la resistencia a la radioterapia en pacientes de glioblastoma, un tipo de tumor cerebral de baja supervivencia. El equipo trata de estudiar el efecto de corticoides como la dexametasona, que se utilizan para corregir la inflamación cerebral, y si estos pueden influir en cambios estables en la estructura del ADN que predispone a las células cancerosas a ser resistentes a la radioterapia. En este contexto, se trata de encontrar aquellos genes que protegen a las células cancerosas de la radiación para después bloquear su actividad y sensibilizar al tumor al efecto de la radioterapia. Además, se busca predecir qué pacientes se van a beneficiar o no de la radioterapia.